7 de marzo de 2009

Me encantaria que nunca surgieran desencuentros

Pero sé que eso es imposible, que la vida se compone de acuerdos, placeres, buenas ondas, momentos en los que nuestras energias fluyen al mismo nivel y en el mismo sentido, pero también de algún que otro desacuerdo o desencuentro entre nuestras emociones. C'est la vie. Asi que realmente lo que me encanta es que tengamos voluntad y capacidad de hablar cuando surgen esos desencuentros, de comprendernos y situarnos en el lugar del otro (aunque a veces ni compartamos ese punto de vista), o de pedirnos disculpas. Porque todo ello hace que el enfado o el malestar se disuelva como un azucarillo, hace que terminemos desmadejando la madeja y tejiendo con ella más confianza, y acabemos riendo entre bromas, soñando fundidos en un abrazo, recostados alternativamente sobre el otro pecho, equilibrando las noches cotidianas con las noches excelentes. En ambas noches te adoro.

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