24 de febrero de 2010

Lápices

Este finde me han dado unos lapicillos de regalo. He pensado guardar unos para ti y me han venido a la cabeza AQUELLOS lápices que me regalaste hace años (hace exactamente diez, un dia como hoy! ja, me acabo de dar cuenta). Una de las primeras veces que nos vimos, que no se me olvidará nunca. Uno de los primeros encuentros entre tu arrasadora alegria y vitalidad y mis inseguridades mas profundas y mi contención. Aún me asombra cómo pudimos fascinarnos mutuamente siendo tan distintos. Pero claro, por tu parte era fácil: arrolladoramente encantador, con una alegria contagiosa, llevandome en unos minutos a uno de los lugares mas bonitos del mundo (aún soy capaz de recordar el verde de esos árboles, y la luz amarillenta y brillante que iluminaba esa preciosa fortaleza), regalandome unos lápices de madera de una biblioteca (mis ojos abiertos como platos, como pensando, "pero ¿cómo puede saber lo que me gusta?") y una sonrisa maravillosa y un beso para desearme "mucha mierda" para "la actuación". Que por supuesto me salió genial con semejante subidón que llevaba :-) Ay mi pececillo lindo, sino fuera por estos ratos...