13 de enero de 2011

Bailar y correr por la vida

Ayer retomé uno de los muchos libros que tengo en lista de espera. Me gusta bastante leer pero desde que mi vida se puso patas arriba estos últimos meses, lo habia hecho bastante poco (ayer que volví a recuperar ese lujo concentradamente -no de manera distraida- durante horas, me pregunté como es posible que "lo abandonara" con lo bien que me sienta). Leer me encanta porque me transporta a historias que me conmueven, me hace participar de vidas, me hace reirme, emocionarme o me hace pensar. El libro de ayer era una mezcla de cosas. Sobre todo me hizo pensar (me encanta, mi mente inquieta lo necesita). Por ejemplo, cuando lei este parrafo
" Cuando aceptamos todo lo que se nos ha enseñado como un dogma y no lo cuestionamos (...) se reproducen los miedos: miedo a ser nosotras mismas, miedo a perder el afecto de los otros, miedo a ser criticadas, miedo a ser diferentes, miedo a romper las reglas y tradiciones ancestrales de la familia (...), miedo a fracasar y también a triunfar, miedo a encontrarnos con nosotras mismas porque probablemente encontremos muy poco, miedo a perder la seguridad a que nos aferramos, miedo a elegir cuando por años nos han resuelto lo que debemos hacer (...), miedo a pensar y cuestionar, miedo a cambiar un neumático, un fusible, miedo a decir lo que pensamos, a vivir como sentimos, a expresar nuestros deseos, a decir sí y también no".

Cerré el libro y me quedé un rato pensando (mi mente inquieta pensó en miles de millones de cosas en las que puedo usar este texto, jaja), porque creo que lleva bastante razón. En general a las personas no nos enseñan a ser libres, pero especialmente a las mujeres creo que se nos "maleduca" aún más, se nos hace mas dependientes. Tanto que nos hacen olvidar todo lo que valemos (casi increible!). Pensaba lo afortunada que soy teniendo el trabajo que tengo, del que yo misma he aprendido (y aprendo) tanto, en el que frente a enseñar a la gente a "andar de puntillas por la vida" tratamos de que vean que es posible "bailar y correr por ella". He aprendido (y sigo aprendiendo, y espero seguir haciendolo toda la vida) a pisar con los pies muy firmes y la cabeza bien alta [Como me dijo mi amiga Monica-Silvu no hace mucho "El mundo entero se aparta cuando ve pasar a una mujer que sabe adónde va" (Antoine de Saint-Exupéry)]. A pisotear con seguridad esos miedos y dejarlos convertidos en añicos bajo el peso de mis botas o de mis pies descalzos cuando ando con mas dulzura, y ver como de ellos rebrotan pequeñas florecillas multicolores que me hacen ver que cuando miras a los miedos a la cara, son ellos los que se asustan de ti...





pd: el texto es de un libro llamado "Dios mio hazme viuda, por favor" De Josefina Vazquez Mota ;)