30 de marzo de 2011

El azul de mi mar

A veces me sumerjo en aguas que parecen teñirse de un rojo desgarrador. Pero nada puede esa realidad si mi mente y mis pies permanecen fuertes y dispuestos a la lucha frente a aquello que pretende cortar las raices que los sostienen. Me sumerjo, me envuelvo de todo lo bello que me rodea, me inundo de tranquilidad, de fuerza, de ternura; aspiro todos esos abrazos, esos besos, esas palabras, esos susurros, esas caricias, esos guiños, y entonces siento que nada puede conmigo. El rojo sanguinolento va desapareciendo frente al azul de mi mar. El poder de la mente es extraordinario...