27 de julio de 2010

Amigo mayor

Hace meses caminaba bajo el peso de una tremenda decepción que me causaba una gran angustia, cuando la casualidad quiso que me cruzara (él en coche, yo a pie) con un amigo, de esos con los que no sueles quedar para tomar café o ir al cine, pero que si lo ves sientes como alguien importante y valioso. Tras invitarme a subir al coche, conducir unos metros para apartarse, y saludarnos, me dijo con su dulzura habitual "te noto muy ansiosa. Cuentame". Y conforme empecé a contarle, empecé a llorar. Desconsoladamente. No de forma comedida o social, no, desconsoladamente. Y él me abrazó. Sencillamente. Yo lloraba y él me abrazaba, acomodando mi cabeza entre su hombro y su cuello, acariciandome la cabeza. Lloré, lloré y lloré, de desconsuelo, de desesperanza, de tristeza mortal y lloré de emoción de sentir esa ternura. Le agradecí minutos despúes, le agradeceré toda la vida y ahora le agradezco públicamente. Sé que se sintió agradecido cuando meses después nos volvimos a ver, ya con mas energia (de hecho casi le tumbo del abrazo, jaja) y tras su mirada un poco estupefacta y aguantandose la risa me dijo mientras me miraba al fondo de los ojos algo asi como "me alegro de verte asi, con tu sonrisa de siempre". Amigo, manantial en mi desierto, gracias :)