7 de marzo de 2009

Los pendientes

A principio de año un buen amigo mio me regaló unos pendientes preciosos. El regalo me gustó ademas, porque no es habitual que me regalen eso, tal vez porque no soy "muy femenina" :-) aunque precisamente pendientes es de lo poco que llevo. Pensé un instante en guardarlos para las ocasiones especiales, ya se sabe, pero luego decidi que especiales son todos los dias y que las cosas son para disfrutarlas, y que me los iba a poner a diario. Consecuencia: a la semana perdí uno (para esto soy un desastre!) y la siguiente perdi el otro. Asi que toda penosa le confesé a mi amigo la perdida, pensando que tomaria nota para no volver a regalarme pendientes nunca mas. Hoy me aparece con dos paquetitos: uno con unos pendientes exactamente igual a los que perdí, y otro con otros distintos "de repuesto". Que lindo mi amigo! Obviamente mucho mas que los pendientes, que lo son. Aunque ya lo sabes guapo, aprovecho esta ventana al mundo para -cual Gioconda Belli- gritar en mitad de la plaza cuanto te quiero!

Me encantaria que nunca surgieran desencuentros

Pero sé que eso es imposible, que la vida se compone de acuerdos, placeres, buenas ondas, momentos en los que nuestras energias fluyen al mismo nivel y en el mismo sentido, pero también de algún que otro desacuerdo o desencuentro entre nuestras emociones. C'est la vie. Asi que realmente lo que me encanta es que tengamos voluntad y capacidad de hablar cuando surgen esos desencuentros, de comprendernos y situarnos en el lugar del otro (aunque a veces ni compartamos ese punto de vista), o de pedirnos disculpas. Porque todo ello hace que el enfado o el malestar se disuelva como un azucarillo, hace que terminemos desmadejando la madeja y tejiendo con ella más confianza, y acabemos riendo entre bromas, soñando fundidos en un abrazo, recostados alternativamente sobre el otro pecho, equilibrando las noches cotidianas con las noches excelentes. En ambas noches te adoro.