1 de febrero de 2009

"El glamour de la alfombra verde" ¡Ja, y yo me lo trago! (que diria Shrek)


He intentado por enésima vez ver la gala de los premios Goya (entre otras cosas porque en la TV no echaban nada demasiado interesante hasta que empiece el divertidismo "Cuarto milenio" y sus diarios del miedo). Y por enésima vez he desistido a los pocos minutos, porque es que no soporto tanto tonteria. Empezando por el desfile sobre "la glamurosa alfombra verde". Ver a tanta actriz (especialmente) desfilando, mostrando modelitos, haciendo el ganso al posar con "tanto glamour" ante las cámaras, me ha hecho (ademas de decidir cambiar de canal) sentirme feliz de que en mi curro de a diario se valore mi trabajo por lo que es, no por si llevo unos tacones de nosecuantos centímetros, o un escotazo que se me vea casi la raja del culo aunque esta mañana haya nevado en Madrid e imagino que hará un frio que pela. Afortunadamente, en mi trabajo se valora si es precisamente eso (el trabajo) lo que está bien hecho, no si voy mas o menos mona a trabajar. Con la que está cayendo aqui, con rayos y truenos que no paran de caer del cielo, sólo me faltaba tener que ir medio en pelotas y disfrazada a trabajar para que piensen cuanto valgo. Viva mi trabajo sin glamour!

"Dios, esto me está matando" (Viva Nadal... y viva Federer)


Esta mañana estaba disfrutando mucho del partido entre Nadal y Federer. Un partidazo entre dos grandes jugadores y campeones. Pero el disfrute de hoy ha sido extra, porque la final ha ofrecido algo más que un partido. Porque ver a un pedazo de tio como Federer, emocionarse hasta el llanto ante la perdida del partido (incluido su lamento entre dientes de "dios, esto me está matando"), ver a otro campeón como Nadal conteniendo su júbilo ante el desconsuelo de su rival y amigo ha sido un extra para esta final. Qué gran placer ver a dos grandes jugadores y dos buenas personas, entender el DEPORTE como lo que es, no endiosarse por mucho que hayan ganado casi todo, ser humildes, olvidarse de rivalidades enfermizas, emocionarse... A mi me ha encantado. Asi que ¡Viva Nadal! y ¡Viva Federer! y hasta la próxima final