
(Extraido de "siempre" de Gionconda Belli).
Pizquitas de claridad como tu voz, tus palabras, tu sonido, tu sonrisa, tus ojos buceando en los mios diciendo todo lo que el silencio puede decir, tu mano secando alguna lágrima mientras me miras susurrandome tranquila, tu abrazo... Mientras yo te pido de nuevo, en menos de un susurro, que me abraces una vez mas antes de irme...