20 de mayo de 2010

Ciberescalofrio

He leido montones de libros sobre cosas que nos atraen, sobre cosas que nos causan deseo, sobre cosas que nos estimulan. Algunas evidentes, otras sorprendentes, curiosas: olores, sabores, tactos, lugares, soplidos, susurros, roces, proporciones, simetrías, etc, etc. Lo que más me encanta es que a pesar de leer todo ese montón de cosas, el placer, el deseo o la atracción luego te sorprenden incluso cuando menos lo esperas y en sitios que no vienen en ninguno de esos libros. Como cuando me descubro sintiendo un escalofrio ante una frase en un email, sencilla y cómplice, como un guiño, capaz de recorrer despacito toooooda la columna vertebral como unos dedos acariciantes que van electrizando todo el vello cercano, o perdiendo el sueño por unos mordisquitos cibernéticos de despedida a muchos kilómetros de distancia susurrados a través de la pantalla directamente a mis oidos auriculados para que cada una de esas palabras y susurros se queden sólo para mi. Ay, cuanto placer :)

Todo (casi) es mentira

Mientras caminaba en mi largo paseo para cansar el runruneo hasta el trabajo pensaba en la necesidad de poner las cosas en su sitio, de no esperar lo que no se puede esperar, de ser capaz de ver los lobos debajo de las caretas de cordero, sin ni siquiera quitársela (para qué tanto esfuerzo) pero mirándolos fijamente para que sepan que realmente lo sé, cuando justo suena esta cancioncilla de los Rodriguez y pienso precisamente en esas mentiras. Pero también pienso en aquellas otras cosas que si son verdad y son las que sostienen mi mundo. Tus besos de buenas noches de anoche que me desvelaron durante tanto rato, la sonrisa limpia (limpísima) de algún pequeño ser, el agua! claro, algún sms con mas buenas noches que me hacen dormirme con una sonrisa en la cama, las renovadas ganas de cantar, el sol y el olor a flores... Asi que por eso dejaremos la cancioncilla en casi todo es mentira ;)