Cuando te acercas a mi, desde atras, en silencio, casi a hurtadillas, y me susurras algo bonito antes de mordisquear mi cuello, me das cientos de pequeños besos tras la oreja, erizandome la piel con tu saliva y tu olor, tus manos empiezan a deslizarse lentamente por mi cuerpo hasta despistarme por completo de aquello que estuviera haciendo, el deseo empieza a consumirme y me convierto en fuego, ese en el que tú y yo nos dejamos arder para renacer juntos de él...
EL CORO DE VÍRGENES URBANAS
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*En un garaje*
*de un barrio alejado*
*cada noche ensaya*
*un coro de vírgenes urbanas.*
*Su canto se eleva*
*y se escapa por los respiraderos*
*y sale a la ...