Leo este poema, contengo la respiración, me acerco a ti, y te susurro para invitarte a hacerlo realidad. Vamos...
Estás desnudo
y tu suavidad es inmensa
tiemblas en mis dedos
tu respiración vuela adentro de tu cuerpo
eres
como un pájaro en mis manos vulnerable
como sólo el deseo podría hacerte vulnerable
ese dolor tan suave con el que nos tocamos
esa entrega en la que conocemos
el abandono de las víctimas
el placer como una fauce
nos lame nos devora
y nuestros ojos se apagan
se pierden
(Verónica Volkow – El inicio- México, 1955)
Besos amor
MANICOMIO 236
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*Los locos están muy irritados*
*porque han cambiado*
*los envases de los yogures*
*que tenían unos colores tan bonitos*
*como las tapas de los cuentos infa...