31 de mayo de 2010

Tus breves

Adoro tus breves (tus largos -que no tienen que ver nada con los de la piscina- también). Esa forma de rascarle unos segundos al tiempo como un niño travieso que se esconde una chuche de más en el bolsillo, y se sonrie para si mismo. Como si aparecieras en mitad de alguna charla, te acercaras lentamente a mi y delante de todo el mundo, pero sólo para mi, me susurraras, muy cerquita, al oido, casi rozando con tus labios mi cuello, de manera que sólo yo pudiera escuchar esas palabras sencillas (un breve). Y yo, sonriendo al público, intentando contener una carcajada de placer, diluyendome por dentro en una amplia sonrisa a punto de explotar como un geiser.


pd: se me olvidaba... Ocho meses sin migrañas!!