28 de septiembre de 2010

Nieves perpetuas

Siempre me han llamado la atencion las nieves perpetuas. Cuando la Sierra se va despoblando poco a poco de nieve sucumbiendo al azote del calor, siempre van quedando esas pequeñas manchitas blancas (enormes superficies de nieve blanquisima vistas de cerca) que le dan un toque de color a las montañas secas y marchitas cuando la nieve no la cubre. Todos los años (sobre todo los especialmente calurosos) me pregunto si desapareceran por completo, si se quedara toda la montaña sumida en la oscuridad. Y miro. Pero no, siempre hay. Y me sonrio cuando las veo (es como cuando aun sabes que el sol sale todos los dias, hay algunos de ellos en los que suspiras aliviada cuando ves que ese dia tambien ha salido). Y me da por pensar en la constancia, en la permanencia de las cosas importantes, en la lucha por los retos de una, en ese estar ahi a pesar de las dificultades. Hace pocos dias he tenido la oportunidad de pasar cerca de ellas y he pensado mas en esto. Mi abuela siempre nos enseño a ser fuertes, a levantarnos de todas las caidas, a ser luchadores. A no rendirnos nunca. Mi signo zodiacal me hace ser tozuda por definicion (jaja). Y a mi estas nieves, cuando las veo, siempre, todo los dias, cuando cojo el coche para ir para aqui o para alla me recuerdan eso. Y me alientan. Aun cuando a veces la vida parece que te consume y te derrite. Pero siempre, siempre, siempre hay un algo que hace mantener esa nieve (hasta en lugares impensables) inalterable y firme.