MANICOMIO 236
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*Los locos están muy irritados*
*porque han cambiado*
*los envases de los yogures*
*que tenían unos colores tan bonitos*
*como las tapas de los cuentos infa...
4 de marzo de 2010
Sal desperdigada
Entre los derrumbes y desmorones de a diario, tu lampara de sal - aquella de la que hablaba en otra entrada- sigue sufriendo los estragos de la humedad, las lluvias, la falta de costumbre, o tu ausencia. Cada vez resulta mas difícil tocarla o intentar juntar sus piezas como un puzzle salino, sin que se deshaga o se desgaste en pedazos, pedacitos o ya casi directamente en granos de sal. Es impresionante como algo tan aparentemente fuerte puede deshacerse entre los dedos. Podría sacar muchas conclusiones o moralejas con respecto a eso, pero voy a luchar contra esa deformación profesional y me voy a quedar simplemente con apuntarme que tengo que recordarte que te acuerdes de traerme una cuando vuelvas. Seguramente yo podría comprarme una (no es algo tan inencontrable como cuando me la trajiste hace años) pero me gusta la idea de que me la regales, como una renovación de qué se yo que sentimientos. Ya ves, me gusta esa idea de que me regales luz y sal.
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6 comentarios:
La mia sigue bien... La cuidaré.
Yo quiero una.
Rombo,la mia -aunque no lo parezca- la cuido. Pero tanto humedad sigue desmoronándola...En fin, si ha caido la A-92 ,¿qué espero yo de mi pobre lamparita?
Hoy en dia, todo parece posible. Hasta lo más raro e increible.
Pues si, Ballesta. Lo cual, visto desde un punto de vista positivo, es genial. El poder de cambiarse...
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