
Era el coche en el cual pasé muchas noches de "kamasutra en coche", inventando posturas casi imposibles, desafiando al frio mas cruel, y a los ninjas o mirones que por aquel entonces (desconozco si ahora) eran uno de los riesgos a los que se enfrentaban los amores prohibidos. Porque por aquel entonces los recursos no eran los mismos que son ahora, y ya que la cama era un lujo, el coche era un buen nido de amor, de pasión o de lo que fuera aquello. Hace mucho tiempo que esa historia, clandestina a muchos niveles, se acabó; pero ver ese coche y acordarme de eso, me ha producido una sensación extraña. Siempre he pensado que si alguna vez nos encontráramos por casualidad le encontraría mas mayor que yo, mas estropeado, mas gordo, mas calvo. Como si el no haber optado por mi hubiera sido un error que estaria pagando hoy en dia, jajaja. Lo que nunca se me habia ocurrido es que encontraria en ese estado de decrepitud nuestro refugio de tantas noches. Lo único que me ha dado curiosidad es pensar si cuando lo vendió a quien ahora lo abandona (si es que no lo ha hecho él directamente) se acordaría de alguna de esas noches, como me he acordado yo al reencontrarlo de manera. Aunque total, qué mas da.
6 comentarios:
¡Qué pasada lo del coche! Pero ¿era ese o uno de la misma marca y color? Increible ese descubrimiento...
estoy boquiabierto
me ha encantado este post tia
... le conozco ?
hahhahahaha
Misma marca y color que el de la foto y MISMA MATRICULA. Osea: ese coche.
Rayajo, si lo conocias. Hace mucho tiempo de eso. Granada, Madrid, ordenadores..
¿Sabes qué? Que me gusta tanto tu blog que te voy a añadir entre mis blogs favoritos para no perderme nada de lo que escribes
jeje, pues nada, muchas gracias onomatopeya ;-) A mi me gustan los comentarios, asi que nos compensamos ;-)
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